A medida que nos adentramos en el año 2025, la mayoría de las empresas proyectan un aumento salarial de hasta el 33% para sus empleados fuera de convenio. Este incremento es parte de una estrategia que busca abordar la creciente inflación y la competencia en el mercado laboral. Según un reciente estudio, se anticipa que las organizaciones realizarán entre tres y cuatro ajustes anuales en salarios, mientras que un 28% de ellas prevén realizar desvinculaciones y un 26% tiene planes de expandir sus plantillas. Estos datos revelan un panorama dinámico que podría transformar la estructura laboral en diferentes sectores.
En términos de quiénes están involucrados, tanto pequeñas como grandes empresas están contemplando estas medidas. Este fenómeno no solo afecta a los empleados que reciben mejoras salariales, sino también a las estructuras organizacionales y a las dinámicas de empleo en el país. Las proyecciones han sido elogiadas por algunos analistas y criticadas por otros, que ven con preocupación el impacto que podrían tener las desvinculaciones. A medida que la economía se adapta y cambia, las compañías buscan formas innovadoras de mantenerse competitivas.
El contexto actual, en el que muchos sectores enfrentan dificultades para atraer y retener talento cualificado, ha llevado a muchas empresas a repensar sus políticas salariales. La recomendación de ajustes salariales por parte de consultoras y analistas económicos ha impulsado a las organizaciones a actuar. Comparando con años anteriores, en 2023 se registraron aumentos salariales más moderados, de un 15-20%, lo que pone de manifiesto cómo la inflación y la escasez de trabajadores han cambiado el escenario laboral. Hoy, las compañías buscan no solo retener el talento existente, sino también atraer nuevos talentos que se vuelven cada vez más difíciles de encontrar.
En cuanto a las proyecciones de desvinculaciones y expansión de plantillas, es interesante notar cómo estas acciones pueden verse como respuestas complementarias a las dinámicas cambiantes del mercado. Mientras que algunos empleados podrían sentirse inseguros ante las posibles desvinculaciones, otros podrían ver oportunidades en las nuevas contrataciones y el aumento de salarios. Este desfase entre la expansión y la reducción de personal puede generar incertidumbre, pero también podría ser un indicativo de un mercado laboral más competitivo. La necesidad de adaptarse rápidamente a las condiciones del entorno se convierte en un elemento clave para la supervivencia de las organizaciones.
El aumento proyectado del 33% en salarios fuera de convenio para 2025 es un reflejo de una economía que se adapta a las necesidades de los trabajadores moderna. A medida que las empresas navegan un entorno económico complejo, la forma en que administran sus recursos humanos será fundamental no solo para su crecimiento, sino también para la retención del talento. Las acciones que se tomen este año podrían sentar las bases para el futuro del empleo en el país y la manera en que las compañías gestionan sus relaciones laborales, un aspecto que merece un seguimiento certero en los meses venideros.











