Ventas de ropa y calzado caen en 2025 mientras las deudas aumentan para alimentarse

Las ventas de ropa y calzado se han desplomado en todo el país, mientras que numerosos ciudadanos se endeudan para poder adquirir alimentos básicos. Este fenómeno ha sido confirmado por empresarios de los sectores de moda y calzado, quienes han expresado su profunda preocupación por la situación económica que afecta a sus negocios. En varias tiendas que antes eran frecuentadas se observan estantes repletos de productos, además de una disminución significativa en la afluencia de clientes. Este problema se agudiza en un contexto donde la inflación ha golpeado duramente el poder adquisitivo de las familias y donde la crisis económica ha alcanzado su punto más crítico a finales del primer trimestre de 2025.

Los propietarios de estos negocios han señalado que, si bien el inventario de zapatos y ropa es abundante, la demanda ha disminuido drásticamente. “Sobran zapatos, pero falta gente que pueda comprarlos”, indican en un tono que refleja la frustración de los emprendedores ante una situación que parece no tener solución a corto plazo. En ocasiones anteriores, los sectores de ropa y calzado disfrutaron de niveles saludables de ventas, pero las actuales condiciones económicas han llevado a muchos a priorizar la compra de alimentos sobre la vestimenta. Las estadísticas oficiales indican que hasta el 65% de los hogares ha recortado sus gastos en moda y accesorios para destinar más recursos a la alimentación.

La deuda como opción de supervivencia

La tendencia de endeudarse para adquirir alimentos se ha vuelto común entre la población. Según datos recientes, la mitad de los consumidores recurren a tarjetas de crédito o préstamos personales para poder cubrir gastos básicos. Esto ha puesto a muchos en una situación financiera precaria, donde el ciclo de deudas se agrava cada día más. La escasez de poder adquisitivo y el aumento constante de precios han llevado a que adquiera matices alarmantes en el consumo.

Este panorama no solo afecta a los pequeños y grandes comerciantes, sino que también tiene consecuencias en la economía nacional en su conjunto. La reducción en el consumo de ropa y calzado representa una caída que podría desencadenar despidos masivos en un sector que ya está muy golpeado por la crisis económica. En el pasado, la industria de la moda y el calzado representaba una fuente importante de empleos, pero hoy se enfrenta a una incertidumbre alarmante que amenaza la estabilidad de miles de familias.

Un análisis necesario

La actual crisis del consumo de ropa y calzado es indicativa de un cambio más amplio en los hábitos y prioridades de los consumidores. Este fenómeno resuena con el contexto histórico de recesiones anteriores, donde se ha visto que sectores considerados “no esenciales” sufren el impacto más fuerte en tiempos de crisis. La situación actual puede llevar, además, a un cambio en la forma en que las empresas planifican su producción y sus estrategias de ventas, buscando adaptarse a un mercado que ya no prioriza el gasto en moda.

El desafío que enfrentan los sectores afectados podría incluir reestructuraciones y la búsqueda de nuevos nichos de mercado. De no abordarse adecuadamente, el desplome en ventas podría afectar la recuperación económica de manera más amplia, ya que el sector del comercio es un pilar fundamental para la estabilidad del empleo y el crecimiento en el país.

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