Luego de una asamblea de trabajadores y trabajadoras se dispuso el estado de alerta por parte de ATSA y otros sindicatos. Hubo un encuentro en el Ministerio de Salud, en donde el gremio sanitario reclamó una reunión con los directivos del hospital con la presencia de los delegados del nosocomio. Denuncian violencia laboral, discriminación, rebaja en los sueldos y despidos para nombrar a familiares de la administración del hospital.
Este miércoles 23/10, la Asociación de Trabajadores de la Sanidad de Argentina (ATSA) de Corrientes convocó al personal del Hospital Escuela José F. de San Martín a una asamblea donde se trataron cuestiones referidas al salario, vulneración de derechos laborales y despidos en la entidad. El gremio se declaró en estado de alerta y además solicitó una reunión con las autoridades del establecimiento para buscar soluciones mediante el diálogo.
La convocatoria se debió al reclamo de los trabajadores de la institución, quienes expresaron la existencia de conductas impropias a través de directivas que generaron malestar dentro de un contexto de supuesta reestructuración laboral y económica. Los agentes denunciaron posibles persecuciones, maltrato, manoseo y arbitrariedades por parte de autoridades.
Además de esta situación, el personal arancelado, no registrado, colegiado y otros trabajadores expresaron que perciben salarios de pobreza e indigencia, evidenciando la falta de planificación, gestión y coordinación de los superiores. Conjuntamente mencionaron la constante queja de los pacientes por la falta de respuestas, turnos y programación de cirugías.
ATSA destacó estos puntos y manifestó a las autoridades de la institución médica que existe un posible estado de conflictividad, debido a los cambios discrecionales, persecuciones y falta de discusión salarial.
Asamblea
En la asamblea posterior realizada en el acceso del hospital participaron además de ATSA, los sindicatos de UPCN y ATE. Allí un nutrido grupo de trabajadores expresó sus demandas ante los gremialistas.
La preocupación de los trabajadores y trabajadoras de la salud es por las últimas decisiones tomadas por la administración del hospital que perjudicaron -con un alto impacto económico- la reducción de ingresos en sus salarios con respecto de la sobreasignación por arancelamiento (SADAM). Además, denunciaron actitudes discriminatorias en los cambios que “dejaron un estado laboral anárquico”; y el despido de personal que venían trabajando de manera idónea “para ser reemplazados por familiares”.
En la asamblea los trabajadores también denunciaron falta de personal; salarios por debajo de la línea de indigencia; falta de transparencia de gestión por no solicitar los contratos de enfermeros colegiados, becados, arancelados, con programas y otros, dejando de manifiesto la precariedad con que el sistema de salud está funcionando y los riesgos que ello implica; la falta de seguridad del personal ante situaciones de violencia por parte de acompañantes de pacientes, principalmente en la emergencia; los reclamos de pacientes por la falta de cumplimiento de turnos de cirugía y de medicamentos; y el violento amedrantamiento, por parte de algunos directivos, que llevan todo esto aun un contexto de conflictividad laboral.