Un reciente informe de la Universidad de Buenos Aires, publicado en febrero de 2025, señala un alarmante aumento en el uso del crédito por parte de los hogares argentinos para adquirir alimentos en supermercados. Cada vez más familias optan por utilizar tarjetas de crédito para cubrir sus gastos básicos, lo que refleja una creciente dependencia del endeudamiento. Esta tendencia ha llevado a un aumento significativo en la morosidad en el consumo. El estudio destaca que el fenómeno es particularmente preocupante en un contexto de creciente inflación y estancamiento económico.
Un cambio en los hábitos de consumo
La investigación evidencia que más del 60% de los hogares encuestados ha recurrido al crédito en algún momento del último año para realizar compras en supermercados. Esta cifra es alarmante, ya que representa un aumento del 15% en comparación con el año anterior. Además, el informe detalla que un 35% de los hogares experimenta problemas para cumplir con sus pagos, lo que indica un incremento en la morosidad. La situación se agrava aún más cuando se considera que muchos de estos hogares son de clase media baja, quienes tradicionalmente han manejado sus gastos de consumo sin necesidad de endeudarse.
Contexto económico y social
Analizando el entorno, este fenómeno se sitúa en un contexto de elevada inflación que ha debilitado el poder adquisitivo de las familias argentinas. A lo largo del último año, los precios de los alimentos han aumentando drásticamente, obligando a los hogares a recurrir a medios de financiamiento extraordinarios para cubrir necesidades básicas. El acceso limitado a los salarios y la falta de aumento significativo en los ingresos han llevado muchas familias a una situación precaria. En consecuencia, se observa que la confianza en el consumo se ha visto erosionada y los hogares están cada vez más inclinados a financiar sus compras básicas, lo que genera un efecto dominó en la economía.
Este crecimiento del endeudamiento familiar no es un fenómeno nuevo, sino que puede compararse con episodios anteriores en la historia económica de Argentina, como los ocurridos durante las crisis de 2001 y 2002. Sin embargo, la actual combinación de condiciones económicas hace que la situación sea especialmente grave. A largo plazo, esta dependencia del crédito para necesidades básicas podría llevar a un ciclo de endeudamiento crónico, afectando no solo el bienestar de las familias, sino también la estabilidad de la economía nacional. Las repercusiones podrían hacerse sentir en el sistema financiero y en el crecimiento económico del país, generando un panorama desalentador para las próximas generaciones.











