Los conductores tenían sus sanitarios exclusivos, pero fueron demolidos junto a los puestos de venta como parte de la relocalización de vendedores. Ahora solamente tienen dos baños químicos que colapsan porque son usados por los transeúntes, hay olor nauseabundo a metros de corazón céntrico de la ciudad. Para higienizarse deben usar una canilla pública frente a la estatua de la madre.
Otro efecto colateral negativo en un emprendimiento de la gestión municipal de la ciudad de Corrientes, conducido por el intendente Eduardo Tassano (UCR- Juntos por el Cambio). Conductores e inspectores de colectivos urbanos se quejan del colapso de dos baños químicos que ahora disponen, luego de que los sanitarios que pertenecían a su sala de descanso, fueron demolidos.
Esa demolición fue ejecutada por la municipalidad capitalina como parte de una relocalización de puesteros que estaban ubicados en el puerto de la ciudad desde hace 20 años.
Los choferes deben lavarse en una canilla pública frente al monumento de la madre: sobre la intersección de la calle Salta y avenida Costanera. A metros de donde la comuna improvisó las paradas de colectivos que también fueron trasladas a esa zona tras la demolición.
En todo el lugar paran líneas de colectivos urbanas de la ciudad de Corrientes y las que prestan servicio interprovincial: a Resistencia y Barranqueras desde Corrientes.
La municipalidad destinará el lugar donde estaban los puesteros a emprendimientos gastronómicos privados. Los vendedores fueron llevados a un descampado ubicado sobre la avenida Pomar frente al Shopping de la ciudad, allí les improvisaron una carpa. Sin sanitarios instalados y sin refrigeración en pleno verano correntino.
